Un Yordano lloroso, demacrado le confesó a Ismael Cala -quien entonces tenía su programa de entrevistas en CNN en español, que le habían diagnosticado cáncer. Que su médula ósea no funcionaba y debía recibir un trasplante para seguir viviendo.
Poco tiempo después, el mismo Giordano di Marzo anunció que haría una serie de conciertos de despedida en el teatro Chacao, porque debía reunir todo el dinero posible para irse del país para someterse al tratamiento que lo hiciera nacer de nuevo -en Caracas no lo conseguiría por aquello de la crisis de las medicinas de alto costo y por, precisamente, su costo si las llegaba a conseguir. y que Nueva York sería su casa por, por lo menos , un año. O más, si Dios lo permitía. El concierto fue a casa llena. A Yordano se le vio con ganas de vivir, ciertamente con la garganta intacta, la mente haciéndole jugadas con las letras, pero manteniendo su clásica pose con las piernas abiertas, mientra, sujetando la guitarra, cantaba.
Unos días después ya no estaba más en la capital que lo acogió siendo niño cuando emigró de su Italia natal junto a sus padres. En Nueva York fue atendido por el médico Sergio Giralt, una eminencia en el tema de trasplante de médula, formado y graduado en la UU UCV, y cuyo talento lo llevó a ser el jefe de una de las unidades pioneras en el tema en el mundo. Todo salió bien, gracias a Dios. Fueron días -relataría después Yordano a su regreso a Venezuela unos meses después- de incertidumbre, llanto y oración, pero con la certeza de que saldría de esa.
Su esposa, Yuri Bastidas con quien se había casado apenas dos años antes, siempre estuvo a su lado. No lo abandonó nunca. No lo hizo flaquear. Ella tampoco lo hizo. Mientras, un grupo de amigos, entre quienes están Franco de Vita, Ricardo Montaner, Ilan Chester y Carlos Vives, entre otros, se unieron y grabaron un disco con sus temas, donándole todas las regalías. La salud tiene su costo y ellos saben.
De eso ya han pasado cinco años. Y así lo hizo saber el martes por la noche cuando el autor de «Por estas calles» publicó en su cuenta de Instagram una fotografía con su inseparable Yuri y el médico que le devolvió la vida. «A punto de cumplír 5 años de mi trasplante de médula, me tomo esta foto en la consulta de hoy, con mi jefe el Dr Sergio Giralt y la suplente @yuriunplugged diciéndome que estoy como una uva