La llegada de buques provenientes de Irán con gasolina y alimentos a Venezuela ha afianzado los nexos políticos y económicos entre los dos países, con el objetivo común de manifestar abiertamente su política antiestadounidense.
Todos los gobiernos autoritarios y anti Estados Unidos son aliados. Es un juego estrictamente político, muy geopolítico para la mayoría de ellos, dijo a HispanoPost el internacionalista y profesor universitario, Félix Gerardo Arellano.
Explicó que Irán se une a China y Rusia para utilizar a Venezuela como un aliado en el hemisferio para enfrentar a EEUU. Ni China ni Rusia dependen de Venezuela, lo que compra Venezuela para ellos es insignificante, lo importante para ellos es el juego geopolítico, tener a Venezuela como una ficha frente a Estados Unidos.
Es la posición estratégica de Venezuela porque es un país en América Latina bien situado geográficamente. Es fácil llegarle por mar y tierra, pero es todo una lucha política de gran importancia, enfatizó Arellano.
Destacó que en el caso de Irán las sanciones son mucho más fuertes. Ha sido sancionado por el Consejo de Seguridad de la ONU por el acuerdo nuclear, es una relación mucho más compleja». Sin embargo, precisó que su industria petrolera funciona muy bien, puede venderle gasolina a Venezuela lo que desmiente que las sanciones destruyen la industria petrolera.
El papel de Irán se extiende ahora en Venezuela en una relación económica, porque sin gasolina es muy difícil que este modelo siga sobreviviendo. Irán podría ser, en este momento, más importante que Rusia con el abastecimiento de la gasolina, sostuvo.
Arellano señaló que pese a no tener el poder de China y Rusia, Irán juega muy silenciosamente y su tendencia es financiar movimientos antisistema. No sería sorpresa encontrar en un futuro una relación entre Irán y el ELN o con grupos armados de las FARC, o cualquier movimiento subversivo latinoamericano. Si analizamos la situación en el Medio Oriente, Irán siempre está financiando con armas y recursos a los movimientos más radicales, puntualizó.
El exembajador de Venezuela ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Milos Alcalay, explica que con los nuevos vínculos entre Venezuela e Irán se produce un retorno de identidad ideológica con el enemigo común, el gran satán, Estados Unidos.
Irán se presenta en Venezuela con un nuevo rostro que es preocupante al celebrar la llegada de los barcos como un triunfo contra el bloqueo norteamericano y lo vinculan con el yihad, la guerra santa. Imagínese usted a Venezuela metida en guerra santa, acotó.
Alcalay asegura que la relación con Irán lleva a Venezuela a una situación delicada por la serie de denuncias que se han hecho sobre la presencia desestabilizadora de Irán con Hezbollah, que representa un peligro para el hemisferio.
Estamos involucrándonos cada vez más en una especie de relación privilegiada con un país desestabilizador del Medio Oriente y ahora se traslada a América. Esta es una relación preocupante que no nos beneficia en nada. Ya para nosotros la patria no es América, sino el Medio Oriente, advirtió.
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