El apoyo político e ideológico de Cuba le cuesta caro al régimen de Nicolás Maduro: el suministro de 40.000 barriles diarios (casi 9%) de la producción petrolera venezolana actual de 450.000 barriles por día, aseguraron fuentes del sector energético que pidieron guardar su nombre en reserva.
«Desde que se firmó el acuerdo binacional de cooperación energética hace 20 años, el régimen cubano se ha llevado la tajada del león con la anuencia de Hugo Chávez y de Maduro», sostuvo uno de los consultados.
El convenio establece que Venezuela suministra petróleo a la isla caribeña y esta le paga con «servicios» como la dotacion de los médicos cubanos para los CDI, asesores militares y de inteligencia y personal de apoyo para los registros y juzgados, entre otros.
«El intercambio es totalmente desigual y en el que La Habana sale ganando», dijo una de las fuentes.
Destacó que, de acuerdo con un calculo aproximado, el valor del crudo suministrado a Cuba en estos 20 años asciende a 24,5 millardos de dólares, tomando como base un precio promedio de 40 dólares por barril. Ese monto se ha podido destinar a los mercados internacionales con un ingreso de dinero cash a Venezuela», dijo.
Hasta 2018, el envío de crudo a Cuba era de 80.000 barriles al día, pero con la caída de la producción de Petróleos de Venezuela (Pdvsa) el año pasado el volumen se redujo a 40.000 barriles, los cuales la isla procesa en su refinería de Cien Fuegos.
En esta última, Pdvsa realizó trabajos de modernización a un costo de varios cientos millones de dólares a cambio de una participación accionaria.
«Sin embargo, el año pasado el gobierno cubano se quedó con la totalidad de la refinería, con el argumento de que no se le había pagado la deuda por los servicios prestados, y la administración de Maduro no dijo nada a respecto», refirió uno de los consultados.
El sector eléctrico es otro afectado desventajosamente en el convenio binacional. En la crisis eléctrica de 2009-2010, por la sequía de El Niño, La Habana convenció a Chávez de instalar plantas de generación distribuida con un gasto de 1,3 millardos de dólares.
En este esquema, Cuba compró las maquinas -muchas de ellas usadas, pero repotenciadas- en el mercado internacional y se las revendió a Venezuela.
Hoy, esas 969 unidades, instaladas en todo el pais y con una capacidad total de generación de 865 megavatios, están paralizadas.
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